Qué fueras tu la persona que amanece en mis brazos por las mañanas
y no aquella que se roba mis suspiros en las noches.
Que fueras aire y conocimiento
mientras te pinto en letras y ordeno sentidos correctos.
Que tus pisadas fueran menos profundas
para que el viento las limpie con finas sedas
y no como las borra a diario
con hilo y aguja.
¡Que Tu fueras más Yo...!
así no tendría que escribirte a ti
sino a mi.